9/10/08

Asesinato justo

Se ve que a los actores, como a los futbolistas, les cuesta retirarse en el momento oportuno. Algunos, dotados de especial clarividencia o dignidad, saben hacerlo.
Yo comprendo que a Robert de Niro y Al Pacino les cueste dejar el empleo. Es lógico. Pero están empañando toda su carrera pasada. La cuestión no es que Asesinato justo sea mala (que lo es) ni que resulte inconcebible (ellos dos haciendo pesas, dando carreritas, sacudiendo mamporros, disparando como Buffalo Bill) ni que la trama romántica sea estúpida (¿de Niro con Carla Gugino? Por favor...) ni que el final sorpresa sea una vacilada (la trama no es sorprendente, sólo se intenta confundir al espectador); la cuestión es que no es digna de ellos.
Hace años a los actores les daba por reunirse y poner un restaurante o una cadena de restaurantes bajo su patrocinio. Voy a sugerir algo: ¿qué tal si de Niro y Pacino se unen para promocionar una cadena de geriátricos? De este modo, quizá les cueste menos ingresar en uno de ellos.
Es sólo una idea. Supongo que sirve cualquier cosa con tal de que nos dejen en paz y podamos seguir recordándoles por sus buenos papeles.

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