23/10/08

All Souls

Siempre me interesan las películas y las novelas que intentan ejercicios de teología-ficción. Es un género dificilísimo. Fácilmente se cae en la parodia, en el ridículo o en el pietismo.
El exorcismo de Emily Rose me parece una de las películas más inteligentes que he visto de este estilo. Y pienso que Orson Scott Card es lo más decente que hay en literatura desde la perspectiva de un mormón.
El otro día e me pasó un capítulo de Expediente X titulado Alls Souls. No está nada mal.
Uno de los principales problemas de esta clase de películas es que bien y mal, ángeles y demonios, Dios y Satanás, parece que se disputaran las almas como en una rifa. Esta para ti, esta para mí. Como si la libertad de las personas no tuviera nada que decir.
All Souls está siempre a punto de caer en ese defecto: las cuatrillizas con parálisis mental son asediadas por ángeles y demonios. Parece que el primero que llega se las queda. El gran acierto es que, gracias a la agente Scully, sí pueden decidir: ir a una puerta o a otra, donde aguarda el ángel o el demonio.
La confesión posterior de Dana Scully me parece un tanto forzada. Se supone que no debería tener dudas acerca de lo que ha hecho. Pero de todos modos, no es decisivo para el desarrollo de la trama; es sólo un recurso de estilo para realizar los flash back y contar la historia.

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