1/7/08

1, 2, 3: Héctor

Esta teoría que voy a dejar por escrito es tan inválida como cualquier otra.
1. Los americanos hacen una película indie que llama la atención a la crítica de todo el mundo aunque deja a los espectadores con ganas de estirarse los ojos.
2. Los españoles tomamos la idea y la reconvertimos en algo que es, a la vez, más autóctono, más asequible y de peor calidad. Aunque parece nuevo, ojo.
3. Los americanos nos compran los derechos para hacer un remake porque han sido incapaces de realizar variaciones sobre el punto 1.
Primer ejemplo: El proyecto de la bruja de Blair deriva en [Rec] y se convierte en Quarantine.
Segundo ejemplo: Primer deriva en Los cronocrímenes que se convierte en lo que Tom Cruise quiera pues para algo ha comprado los derechos.
Los cronocrímenes tiene todo lo bueno y todo lo malo de Nacho Vigalondo. Eso quiere decir que si uno ve la película, bien. Y si no la ve, no pasa nada. Es mucho más comprensible que Primer pero todo resulta demasiado forzado: la composición del espacio (casa-carretera-bosque-laboratorio), las intepretaciones, las preguntas y respuestas, las reacciones. Es verdad que en el jugueteo temporal de Héctor 1, Héctor 2 y Héctor 3 todo acaba cuadrando. Pero a costa de todo los demás.
7:35 sigue siendo lo que merece la pena.
Entiendo que mucha gente haya tenido reparos a la hora de distribuirla y se haya estrenado con tanto retraso. Lo que está claro es que la cara de Karra Elejalde acaba como un mapa. Viajar en el tiempo no es saludable.

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