24/6/08

La niebla

La última película que vi, antes de emprender la odisea hacia unas vacaciones de involución tecnológica, fue La niebla. No pude escribir algo el mismo día y mi propósito era comentar algo en cuanto tuviese internet.
El año 2008 cae dentro del siglo XXI. Conviene recordarlo pues, en mencionada fecha, internet es una herramienta que no debe aún ser considerada como esencial. Al menos en ciertas regiones del sur de la Península Ibérica. Sí conocen internet, claro. E incluso tienen la instalación montada. Pero las averías no son fáciles de solucionar pues es verano, no hay que sudar, no hay que agobiarse, nos pasaremos por allí, quillo, hoy no podrá ser. Si no funciona, no pasa nada, tenemos sol.
Total, que ha tenido que esperar hasta que he vuelto. Eso me ha dado tiempo para situar a esta película en una estima bastante por encima de la media. Me fascinó ese desenlace, uno de los más devastadores que he visto en el cine. Qué potencia, qué demoledor. Qué sugerente. Además me parece una gran idea el supermercado, símbolo y microcosmos de la sociedad americana y, por tanto, de toda sociedad globalizada. Los efectos especiales se quedan un poco cortos, cosa que no importa porque así logra que prestemos atención a lo que ocurre dentro, a la gente.
Otra gran película de Darabont. No tan buena como Cadena perpetua pero, en mi opinión, muy superior a La milla verde. Aunque debo advertir que, incluso esa mezcla de Cinema Paradiso y Frank Capra, titulada The Majestic, me interesó aunque casi todo el mundo la desprecia.
La niebla es fácil de repudiar pero difícil de olvidar.

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