30/4/08

Dueños de la calle

Hacía tiempo que no me encontraba con una película así, rodada en el estilo violento de los años 70, tipo Serpico o French Connection. En ese sentido es mucho mejor que La noche es nuestra.
Dueños de la calle es dura, agitada, ruda. Sudorosa. Keanu Reeves recibe incesantes palizas y los tiroteos están llenos de realismo. Quiero decir que hay sangre y gente que se arrastra por el suelo y gorgotea en los últimos estertores.
Como todos hemos visto muchos guiones de James Ellroy sobre corrupción policial sabemos desde el minuto 5 lo que a Keanu le va a llevar toda la película averiguar. Aun así está muy bien dirigida y disfruté con todos y cada uno de los golpes, especialmente con esas esposas perforando la mejilla.
Hay un golpe de humor: Keanu Reeves está sentado en la camilla de un hospital, se corre la cortina y aparece... el doctor House. Luego sabremos que es poli de Asuntos Internos, pero el golpe tiene su gracia.

29/4/08

Lars y una chica de verdad

En la línea indie de Pequeña Miss Sunshine y Juno, aunque en clave dramática, tiene mucho más humor que la mayoría de supuestas comedias que se hacen en la actualidad.
De nuevo una localización geográfica norteña, una topografía dominada por el frío, algún punto de Canadá, sirve para justificar la existencia de unos cuantos personajes extravagantes.
Está claramente influida por Mi amigo Harvey, aquella película en la que James Stewart charlaba con un conejo invisible de 1,80 m. de altura al que sólo veía él.
Y pensé que quizá sólo Jimmy pudo hacer aquella película en su momento y sólo Ryan Gosling podía hacer de Lars en la actualidad. Y también creo que Emily Mortimer es uno de esos talentos desaprovechados por Hollywood.
Lo más sorprendente de esta película es que no se les vaya de las manos: al borde del absurdo, del histrionismo y de la farsa, sin caer en ningún momento en esos baches. Bien por Lars y su chica.

24/4/08

John Cusack

Tiene fama de original, de todoterreno, de capacidad para cambiar de género, de escapar a los encasillamientos.
Resulta que estoy de acuerdo en todo eso y en que es uno de los mejores actores que hay en el panorama actual y que aporta distinción a todo lo que toca.
Pues resulta que John Cusack, nuestro John Cusack, encadena tres películas haciendo de padre viudo: El niño Marciano, The Contract y Grace is Gone que aún no se ha estrenado en nuestro país.
He visto El niño Marciano e iré a ver Grace is Gone cuando la estrenen. Si la estrenan. The Contract salió directamente en DVD en Estados Unidos. Aquí la han puesto en pantalla grande, quizá porque no había películas suficientes en el mercado.
No dejo de preguntarme: ¿se habrá dado cuenta de que ha hecho de viudo tres veces seguidas? ¿No tiene un representante para que le saque de esos lapsus? ¿Era un abono especial al que se suscribió? ¿Le gusta? ¿No se da cuenta del daño que se hace?

22/4/08

La felicidad de los Katakuri

Por fin puedo decidir sin miedo cuál es la peor película que he visto en mi vida. La felicidad de los Katakuri es la peor y, además, con mucha diferencia.
Pretende situarse a medio camino entre Sonrisas y lágrimas y La noche de los muertos vivientes. Pero el problema no es ése. El problema es que todo está mal en esta película: los actores, las canciones, el montaje sincopado, los momentos en que recurre a una animación con cortes porque no sabe usar efectos especiales, la historia de los personajes...
Por primera vez en la vida he echado de menos la posibilidad de votar "0" en imdb. Cuando he visto el "1" me he sentido bastante frustrado. No me parece justo poner la misma calificación a una basurilla como Catwoman que a este producto-bazofia surgido de una mente con indudables carencias perceptivas y de expresión.

21/4/08

Expediente Anwar

Soy el primero en reconocer que el montaje de Expediente Anwar es tramposo, además de innecesario. No aporta absolutamente nada esa supuesta revelación cerca del final de la película. En vez de sorprender, deja confuso.
Explico sin desvelar: dos acciones que hemos creído que funcionaban en paralelo, en realidad han acontecido una a continuación de la otra. Lo ves, tratas de averiguar por qué ese capricho, deduces que no hay razón alguna, y sigues viendo la película hasta el final.
Al menos, supongo, eso es lo que hace la mayoría de la gente. El tipo que estaba detrás de mí, no. Era uno de esos que, un día, vio El sexto sentido y tuvieron que explicarle que Bruce Willis estaba muerto. Y ahora, cada vez que ve un montaje extraño, ve exactamente eso: ve muertos. Cree que los montajes originales implican personajes muertos. Lo que comentó con la mujer que le acompañaba fue:
-Entonces, el espía jovencito también está muerto.
No sé cómo interpretó el resto de la película ni cómo es posible congraciar el tema del terrorismo islámico con el género de fantasmas.
No me volví para explicarle que el espía estaba mucho más vivo que él.
No me volví tampoco para mirarle con el ceño fruncido.
Ni siquiera me volví para decirle que estaba desperdiciando su dinero en entradas de cine.
Pero si hubiesen entrado hombres del gobierno, le hubieran puesto un saco sobre la cabeza, le hubieran encerrado en una celda y le hubiesen proyectado varias decenas de películas con montajes alternativos, no me habría extrañado.
Hay que educar a la gente.

19/4/08

Mil años de oración

Es obvio que Wayne Wang se encuentra mucho más a gusto haciendo cosas como Smoke o El club de la buena estrella que con productos comerciales del estilo Sucedió en Manhattan.
Mil años de oración es, para mi gusto, demasiado minimalista. Pero tiene cosas extraordinarias. Como por ejemplo lo mucho que dice y lo profundo que llega con las escasas frases entrecortadas en una conversación inglés-chino-persa. Qué historia tan bonita y tan trágica.
Me desternillé con la secuencia de los mormornes. En cuanto Mr. Shi abre la puerta sabemos que los dejará entrar en su casa (la amabilidad le obliga a la hospitalidad) y que eso provocará equívocos.
-Proletarios del mundo, uníos -dice Mr. Shi-.
Y esos dos jovenzuelos no saben de qué o quién se habla. No saben nada de Marx y Engels. No saben nada del comunismo en el que aún vive inmerso Mr. Shi.
Ironía y crítica. ¿Son Marx y Engels profetas olvidados del pasado? ¿Es América una fábrica de ignorancia? ¿Ambas cosas?
Y, como comentaba ayer en Vexille, hay determinadas formas de expresión orientales que jamás entenderemos. Como esa visión que tienen acerca de las desproporcionadas consecuencias de nuestros actos. Bien, de eso habla Mil años de oración. De incomunicación insuperable.
Y otro detalle interesante: en chino parece imposible gritarse. La hija, para gritar al padre, tiene que cambiar al inglés.

18/4/08

Vexille

Interesante estética la de este anime entre el hiperrealismo y los colores planos. Están todas las neurosis de Japón: alta tecnología, manipulación genética, miedo al aislacionismo, complejo de inferioridad...
También están esas reacciones de los personajes que los occidentales no logramos entender por más que nos las expliquen: el honor que deriva en suicidio ritual. Aunque esta vez, creo, la incredulidad no deriva tanto de reacciones inesperadas por la diferencias cultural, como por el hecho simple de que no estaba claro cómo debía terminar.
Sori, el director, se ve en las manos con dos chicas enamoradas del mismo hombre y las dos son buena gente. Si una fuese fea, o pija, o tonta, sería sencillísimo volarle la tapa de los sesos a la menor ocasión. Aquí tiene que buscar un final un tanto enrevesado.
Por cierto: Vexille y María. Película de un feminismo que no se me hizo cargante. Eso lo admiro. Porque el feminismo cargante siempre me ha parecido el peor de los machismos.
Salió directamente al DVD. No pasa nada. Pero es bastante superior a muchas cosas que vemos en los cines. Y no me hagas hablar.

16/4/08

Lo que hay que hacer (V). Leonardo DiCaprio

Después de ver este vídeo estoy seguro de que la inspiración para Charlie, el de Charlie y la fábrica de chocolote, procede de aquí. Johnny Depp debió ver la indumentaria de Leo, unos chicles, unos colorines y la mente se le llenó de dulces soluciones mágicas. Reconozco que los chicles de antes sí que eran buenos chicles. Ya no los hacen así: gomosos, gordos, globunos. Los chicles de ahora son tan esmirriados que se te pierden entre los dientes, es imposible hacer un buen globo con ellos y el estallido resulta bastante ridículo. De hecho, da tanta vergüenza hacer esos globos que ya nadie los hace. Además parecen pastillas para enfermo y vienen en cajas de estética farmacéutica. Quiero decir, que me parece muy bien que DiCaprio fomentara una saludable caries. Quizá se está gastando un pastón en dentistas y yo no me he enterado, pero no parece que el chicle le hiciera mucho daño.

15/4/08

Incomunicación

La banda nos visita.
Y ojalá se hubiese quedado en casa.
Clásica película Sundance, de género Sundance, estilo Sundance y pensada para Sundance. Y, ojo, no digo que sea mala. Sólo que si la sacas de Sundance pierde toda su gracia. Esto hay que advertírselo a los amigos si decides verla con ellos. Aunque no entiendo por qué irías a ver esto con los amigos.
Es una de esas películas en donde la gente mira al infinito, no se expresa en modo alguno, se come los sentimientos y confía en que el espectador deduzca por su cuenta lo que tenga a bien deducir.
Al principio estuvo bien eso de presentarnos a gente excéntrica, silenciosa, perdida en sí misma, ausente. Un recurso interesante para expresar la incomunicación de la sociedad. Pero desde que Aki Kaurismäki llevó las cosas al extremo, el asunto está agotado.
Muchos piensan que es obligatorio aplaudir La banda nos visita por tratarse de una producción árabe-israelí. Yo creo que hace falta algo más por muy buenas que sean las intenciones.

14/4/08

Pollo para cenar

Quizá he visto demasiadas películas; o quizá es, simplemente, que vi Nueve Reinas; o quizá es que después de Ocean's Eleven, Ocean's Twelve y Ocean's Thirteen, las fuentecillas luminosas de Las Vegas me las conozco de memoria; o quizá es que, cuando la película ya ha acabado, aún queda media hora y te lo hueles; o quizá es que, en el fondo, 21: blackjack es un mero artificio.
Lo cierto es que si me dan papel y boli a 30 minutos del final y me piden que escriba lo que falta, podría haberlo hecho sin equivocarme. Y eso, para una película que guarda su punto fuerte en la sorpresa final, ronda los límites del desastre.
Tuve la sensación de estar viendo un producto prefabricado para consumo adolescente en la misma máquina en que hacen las palomitas: comercial, teen y cool, si quieres. Pero absolutamente mecánico y previsible hasta en sus momentos malos. Y hasta en sus momentos buenos.
Con decirte que hasta Kevin Spacey empieza a repetirse...

11/4/08

Rastro oculto

Criticar a una película por no pertenecer al género que a uno le gustaría que perteneciera, es una cosa fea. Creo que con Rastro oculto se han cebado. Es como si criticáramos a Almodóvar porque no hay buenas persecuciones de coches en Volver o a Star Wars porque no hay coreografías musicales.
Rastro oculto es criticable por ese poli que dice que ya tiene la solución y que nos lo cuenta en cuanto lo confirme (sabemos que tiene los minutos contados); o por esa secuencia del coche manipulado y Diane Lane volviendo a él (te dan ganas de gritar que la poli es tonta).
Es verdad que no se parece a Se7en cuando muchos creen que debería haberse parecido.
Es verdad que quizá no es apta para estómagos sensibles. Le gusta la cosa de las torturas aunque más suave que en Saw.
Es verdad que el punto de partida original podría haber dado para más. Ver muertes en directo por internet y acelerar la muerte según el número de visitas recibidas ofrece enormes posibilidades.
Pero es una buena película de suspense con una demoledora y espeluznante frase final que me recordó a El show de Truman.
Última frase de El show de Truman:
-¿Qué echan ahora?
Última frase de Rastro oculto:
-¿Cómo puedo bajarme este vídeo?
A eso queda reducida la condición humana: dadme algo que me entretenga.

10/4/08

Llanto por la intelectualidad progre

Laura Linney y Philip Seymour Hoffman son dos intérpretes fascinantes hagan lo que hagan. Prueba de ello es que aquí, con dos papeles muy poco simpáticos, dan todo un recital. Tamara Jenkins, la directora, les filma con distante frialdad, aislados, perplejos, sumidos en su egocentrismo, sin compadecerse de ellos ni por un instante.
Son hermanos, intelectuales, enamorados del teatro (él como catedrático, ella como escritora), teóricos y extraordinariamente egoístas. La demencia senil de su padre pone en marcha la historia.
Hay cosas que desentonan en La familia Savages, especialmente ese comienzo con las sesentonas en uniforme de animadora. Parece que la peli va a ser otra cosa. Algunos golpes de humor no encajan. Es una peli que está muy a gusto en el terreno del letargo existencial. En mi opinión el guión es muy bueno y la dirección un tanto convencional, como esforzándose demasiado en señalarnos que es cine independiente.
Me quedo con esa escena matutina en que los hermanos se dan los buenos días y se meten en el cuerpo más pastillas de las que toma su hospitalizado padre.

9/4/08

Uma Cola

Supongo que ya habrás visto el último anuncio de Uma Thurman para Coca-Cola. Tampoco hacen falta muchas explicaciones. Lo que te diferencia es lo que te hace maravilloso.

8/4/08

El último gran mago

Esta película tiene muy poco que ver con la magia, prácticamente nada con el auténtico Houdini y, por supuesto, la traducción del título al castellano es descabellada. Ese Death Defying Acts es importante para entender de qué trata en realidad la película.
Si uno espera una óptica similar a El ilusionista o El truco final acabará anestesiado en el asiento. La película es rica en simbología y psicología freudiana: thanatos, eros, complejos de Edipo, interpretación de los sueños, retrocesos al pasado, proyecciones al futuro... Son, lo dice el título original, intentos diversos para intentar driblar a la muerte. Me recordó, sobre todo, a Descubriendo Nunca Jamás, aunque es otra de esas asociaciones conceptuales y no de género o estilo.
Sus defectos no son los defectos por los que la critican. Muchos se quejan de ese doble final. No hay un doble final. Lo que ocurre es que es un final complejo, con aristas y que se presta a múltiples interpretaciones. Es, en mi opinión, la imposibilidad para cambiar y conocer el pasado; y, también un cierto determinismo hacia el futuro, aunque aquí la película se torna de nuevo poliédrica y con ramificaciones.
La critico porque intenta vender lo que no es y, por tanto, no debe extrañarse luego de que no la entiendan. Pero me gustó su complejidad, la relación entre Catherine Zeta-Jones y Guy Pearce y, sobre todo, la relación entre Saorsie Ronan y Timothy Spall. Que no profundice en todas estas cosas, porque tiene que hablar de magia para hacerse comercial, es la gran pena.

7/4/08

El palo de Tarzán

Cría fama y échate a dormir.
Greg McLean debutó con una película llamada Wolf Creek que no he visto y que, hoy por hoy, no tengo especial interés en ver. Me llamaba la atención este nombre. Un tipo que hace una película de terror y saca mejor nota entre los críticos que entre el público.
Así que fui a ver El territorio de la bestia, su segunda creación.
Está claro que Greg McLean tiene muchos amigos entre la crítica porque aún siguen ensalzándole. La verdad, no está mal, no sentí deseos de salir por piernas, me entretuvo a ratos, me aburrió un poquito en otros. Esa clase de cosas que pasan cuando te acercas a ver una película con bicho que come humanos, sean anacondas, cocodrilos o tiburones reciclados.
Yo creo que no debería superar la frontera de peli de domingo por la tarde. Están Radha Mitchell y Michael Vartan que suben un poco el presupuesto pero, por lo demás, nada especial.
¿Te acuerdas de Tarzán, usando el palo para bloquear las mandíbulas del cocodrilo? Pues esto es lo mismo. Un poquito más rebuscado, pero en el fondo la idea de siempre. Quizá no hacía falta irse a Australia para esto. A lo mejor, como dice el propio Vartan, viajar está sobrevalorado.

6/4/08

Charlton Heston

Pensé que Charlton Heston era uno de esos que nunca se iba a morir. Que el Juicio Final le sorprendería aún aquí. Como a Katharine Hepburn. Los has visto en el cine, de niño, en películas superantiguas; has crecido y los has seguido viendo. Ya eran gente hecha y derecha y madura cuando aún gateabas. Y siguieron viviendo y estando en la pantalla. Mamaron el cine y le dieron forma. Crearon géneros, los desarrollaron e, incluso, los vieron morir.
¿Acaso alguien puede concebir el cine de romanos sin Charlton Heston?
Por favor, no me hables de Gladiator. Gladiator es el cine de romanos palomitero que se fabricó para recaudar dinero con las nuevas generaciones. No está mal del todo, vale. Pero cualquiera que haya visto la carrera de cuádrigas pergeñada por William Wyler, el enfrentamiento entre Judah Ben-Hur y Messala, tendrá que admitir que el peplum se murió ayer, definitivamente, a la misma hora en que lo hizo Charlton Heston.
Hizo cosas cosas tan memorables como Un hombre para la eternidad, encarnó el mejor Richelieu que haya habido nunca para Los Tres Mosqueteros, el mejor Marco Antonio que haya tenido nunca una Cleopatra, fue el último hombre en El planeta de los simios, estuvo 55 días en Pekín, y fue El Cid y el detective Vargas en Sed de mal. Y Ben-Hur, por supuesto. Y un centenar de películas que no menciono: desde Aeropuerto 75, la inauguración del cine de catástrofes, a capítulos de televisión de Dinastía o La isla del tesoro.
Ahí tienes un buen currículum. Obras maestras, obras grandes, buenas obras, obras para pasar el rato, obras entretenidas, obras para disfrutar. Parecido al de, no sé, ¿Michael Moore, por ejemplo? Pues claro que hay clases, hombre. Clases y estilo y distinción. Y, si algún día se recuerda a Michael Moore por algo, será porque creció tanto como se lo permitió la sombra de Charlton Heston.
No sé cuándo encontraré hueco para ver de nuevo las 4 horas de judíos, legionarios, naufragios, rebeliones, Calvarios, circos romanos y traiciones. Pero en cuanto pueda estaré otra vez ahí, mascando la arena más realista que alguna vez vi mientras me castañetean los dientes en el trepidar de la cuádriga.

5/4/08

Kung Fu Sion

La película es tan desproporcionada en todos sus aspectos que desperdicia muchas de las grandes virtudes que tiene. La película tiene tan grandes virtudes que oculta su desproporción.
Es absurda en planteamientos, en peleas matrixeras, en parodias incesantes (en una ocasión enlaza citas de Spider-man, Terminator II y McArthur), en chistes marrones, en diálogos surrealistas, en saltos de la comedia al drama. Por supuesto, es descabellada en su doblaje: chinos hablando con acento gallego, andaluz, argentino, mexicano, francés...
Pese a todo la tengo bien localizada. Hay que verla de vez en cuando aunque sólo sea por el modo en que Stephen Chow construye, en menos de tres minutos, una de las más prodigiosas historias románticas que se hayan visto jamás. Un flash back, un cartel de Fred Astaire y Ginger Rogers, una heladería, una piruleta. Y más sorprendente aún es que consiga colocar la escena como entre paréntesis, aislarla de todo el entorno de rarezas, fabricar la música adecuada para conservarla en un invernadero y convertirla en el núcleo central de la película.
Ahora sólo tengo que averiguar por qué si Stephen Chow es tan bueno, prefiere distraerse con tonterías.

2/4/08

Matilda y Leon

Reconozcámoslo: el hecho de que no haya buen cine en pantalla grande nos permite el disfrute de revisionar películas enormes. Hay cantidad de cosas interesantes que la gente no ha visto. ¿Sabías que los adolescentes (17 años hacia abajo) no han visto El sexto sentido? Sé que es del año 1999, pero creí que se trataba de una película esencial que se ve con frecuencia, de ésas imprescindibles en cualquier fiesta pijama de quinceañeros.
Pues Leon (El profesional), es otra película que cautiva y deja temblando a cualquiera que la ve. Y la cantidad de gente que ignora su existencia es asombrosa. Pero ya no me extraña. Ayer, en una encuesta, el 24% de los españoles aseguraba que el Sol gira alrededor de la Tierra; el día 9 de marzo, el 43% votó al PSOE; en Eurovisión, en breve, tendremos al Chiki. Todo guarda relación. Es lógico, ¿no?
Pero vamos con Leon (El profesional), película que es, sin duda, la más explosiva combinación de ternura y crudeza que existe. Las hay más crudas y las hay más tiernas. Pero nadie ha sabido mezclar mejor ambas cosas. Sobre todo, porque Leon tiene un corazon blandito y Matilda la piel endurecida. Por eso, cuando Matilda pide a Leon que le enseñe a "limpiar" él no sabe negarse.
Grandes escenas: la secuencia de apertura, Matilda llamando a la puerta de Leon, la clase de tiro desde la azotea, el juego de las películas, la entrada de Matilde en la DEA armada hasta los dientes, el asedio final...
El mejor Jean Reno y la mejor Natalie Portman, aunque sólo tuviese 12 años.
Y Gary Oldman, policía capullo donde los haya.
A veces, el cine, logra ser muy poderoso. Sólo hace falta que la gente lo vea.

1/4/08

Golpe en la Pequeña China

Hay películas que están ahí para que las veas en el momento y el lugar adecuados. Golpe en la Pequeña China fue filmada por John Carpenter para pasárselo bien y para que impactara en algunos de nosotros como un paradigma de película de aventuras. La vi siendo un adolescente en casa de un amigo, con otros amigos. Y aún la conservo en la memoria.
La película no tiene ni más ni menos. Empieza como deberían empezar todas las películas de aventuras: secuestrando a la chica. Y sigue como deberían seguir todas las películas de aventuras: el chico, sin tener muy claro el lío en que se mete, se apunta al rescate.*
Ella era Kim Cattrall y él Kurt Russell. En aquel tiempo, Russell, no pilotaba un coche a prueba de muerte pero conducía un camión. Fue toda una delicia acompañarle en la peripecia, a través de ese barrio chino lleno de antiguas tradiciones y hechiceros orientales. Carpenter sabía que, si la trama era lo bastante divertida, no importaba que el resto careciese de sentido.
En breve estrenan en Estados Unidos The Forbidden Kingdom, con Jet Li y Jackie Chan. Si te gustó Golpe en la Pequeña China, creo que es nuestra película. Ya veremos.
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*La verdad es que también acepto variaciones en los roles: chico secuestrado y chica al rescate. No hay muchos ejemplos, pero alguna película tan infravalorada como La isla de las Cabezas Cortadas, a mí me dejó muy satisfecho.