7/3/08

Hay algo que no me cierra

Encontré en el videoclub la primera temporada de Hermanos y detectives y como aparecía la cara de Rodrigo Noya no pude resistirme.
Realmente, una buena serie. Una mezcla contundente de comedia, correctas intrigas policiacas y hasta ocasionales escenas de acción. El capítulo en el que ven la trilogía de El padrino es de lo mejorcito que he visto en una serie española.
Es una auténtica pena que Tele 5 no pueda quitarse de encima ciertos tics que la cadena mantiene como marca de fábrica. Es una pena porque acaban por convertir en clichés a personajes que podrían haber dado mucho más de sí. Insistir en la tía buenorra, el tío salido y algún comentario irreverente por capítulo, reduce la caracterización de los personajes a una mínima importancia. Por ejemplo, Blasco, Zambrano y Fortunato tienen la misma personalidad: vagos, salidos, irresponsables. Son intercambiables y da igual que intervenga uno u otro. A Carmen le pasa igual. Es la chica bombón y no saben contarnos de ella nada más. Están mucho mejor Dani, Lorenzo, Mansilla y María. Kamijo tiene sus puntos.
Pero a lo que iba: lo mejor de la serie es lo que pertenece a Damián Szifrón, a los guionistas argentinos, a miras más amplias. Cuando el guión se vuelve demasiado localista, cuando se nota la mano autóctona, llega a aburrir con interminables diálogos en el bar.
Pues bien. Parece que, en la segunda temporada, el papel de los guionistas españoles va a ser más importante.
-Sospechoso, ¿no?

No hay comentarios: