10/2/08

Ahora o nunca

Sinceramente: habría sido mejor el nunca.
Jack Nicholson y Morgan Freeman. Parece que alguien consideró que era necesario unirles en la pantalla de modo urgentemente imprescindible. Quizá a esa mente le atosigaron oscuros pensamientos acerca de la posible defunción de uno de los dos actores. Ahí estaban esos dos monstruos de la interpretación, vivitos y coleando, sin haberse reunido nunca ante una cámara.
Y le entraron tantas prisas que tiró del primer guión que tenía a mano y se lo asignó a ambos. Ahora o nunca.
El problema no es que la película sea mala. Que no lo es. Y tampoco que sea buena. Que no lo es. El problema es, precisamente, que Jack Nicholson y Morgan Freeman podrían haber sacado una obra maestra imperecedera y han dilapidado (con evidente desgana) su talento en una mediocridad. Si hubiesen fracasado en una arriesgada experimentación no se lo echaría en cara.
Cosas de este estilo son las que hacen bajar la popularidad.
La próxima vez que pongan algo de ellos me lo pensaré más veces.

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