21/1/08

S. O. S.

Ya perdonarás que sea tan cenizo y le saque defectos a En el valle de Elah. La culpa la tiene la película por ser tan ceniza. Triste, depresiva.
Sí tiene algunas cosas buenas y ese par de momentos arrasadores de los que Haggis hacía gala en Crash. Pero esta vez, no justifican el tedio (como lo oyes, tedio) que recorre la mayor parte del metraje. Tremenda la conversación telefónica de Susan Sarandon con Tommy Lee Jones. Tremenda y, en el fondo, tópica.
En el valle de Elah está vacía. La tesis es que a todos los soldados americanos en Irak se les va la olla en algún momento y, entonces, hacen una barbaridad.
Lo que me cabreó de veras fue el sobre. ¿Por qué un tipo se autoenvía a casa un sobre que en realidad es para su padre y que lleva una bandera de Estados Unidos sin motivo alguno? ¿No se le ocurrió otra manera a Haggis de justificar el poner la bandera de Estados Unidos boca abajo?
La bandera, boca abajo, significa que necesitan ayuda.
¿Y? ¿Ya está? ¿Eso?
Voy a echar un vistazo a algún capítulo de Eureka o cualquier tontería que tenga por ahí. Seguro que le saco más partido.

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