1/11/07

A vueltas con el paraguas

De los videojuegos rara vez se consigue sacar alguna película productiva. No hablo ya de su calidad sino de su rentabilidad. Resident Evil: Extinction es la tercera entrega y, a mi juicio, va mejorando. No da para escribir una tesis doctoral pero, pasito a pasito, la incordiona Umbrella Corporation y la amiga Milla Jovovich logran incluso entretenerme. Alguien está empeñado en sacar algo de ahí. De hecho, el final de la tercera, no es nada ambiguo: Alice dice que va para allá a armarla con unas cuantas amigas. Que van a por una cuarta.
Todas las secuencias del laboratorio son un tostón pero, de entre las escenas de acción, merece la pena destacar la de los cuervos. Una inmensa nube de cuervos zombis ataca a una expedición con ciertos toques Mad Max 2. Los expedicionarios se defienden como pueden y, de pronto, aparece Alice reorganizando con la mente el fuego de un lanzallamas.
Al ver una escena como ésta pienso en el olor. ¿Cómo transmites eso en cine? Seguro que el director se ha quedado con las ganas de que nos sintiéramos más protagonistas. Y yo también me quedo con las ganas: me gustaría oler toda esa carne y plumas quemadas. Sin duda es una sensación más potente que todo lo demás.

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