7/9/07

Yippi-kay-ay

Hasta 1988 estaba claro que las aventuras ocurrían en las selvas, en lugares exóticos, en paraísos que, de pronto, ya no lo eran tanto. Estaba la urbe, desde luego, para dar cabida a películas policiacas y de mafiosos. Pero en 1988 La jungla de cristal vino a decirnos que los parajes naturales no eran el verdadero espacio de la aventura. La jungla verdadera era el asfalto, el vidrio y el acero; los restaurantes de lujo y las luces parpadeantes de los coches de policía; un rascacielos.
Ahora no se logra redefinir el género como lo hizo La jungla de cristal en 1988. Algo queda de aquello. Queda pero no innova. Porque en un mundo cibernético donde los malos logran provocar el caos hay que confiar en los individuos de músculos analógicos, lenguas afiladas y carácter irlandés. Nunca dan un paso atrás. Porque alguien tiene que hacerlo. McClane sigue teniendo eso claro y Bruce Willis también.
Este destrozo sistemático de una ciudad tiene mucho de Transformers. La ventaja es que La jungla 4.0, además, resulta divertida. Es una lástima que la exageración desmedida en las escenas de acción le hagan perder cualquier atisbo de credibilidad. Pero aún así es entretenida, un juguete para desengrasar el cerebro.
Lo mejor de la película, y no se aprovecha bien, es que la hija de McClane es como su padre: con carácter fuerte, dura y lengua rápida.
Lo peor es que no se hayan atrevido con el Capitolio hasta sus últimas consecuencias.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dices, me pareció entretenida. Pero hay que reconocer que si en vez de Bruce, John fuera Jean Claude o Steven, si me aprietas incluso Sylvester, la película no pasaría de fantasmada.



(Por si acaso: Willis, McClane, Van Damme, Seagal y Stallone)

Individuo Kane dijo...

En primer lugar veo que has regresado de las vacaciones y te has ido al cine directamente, a aprovechar el tiempo.
A ver io. Hay cosas que no admiten comparación. Seagal está definitivamente jugando en otra división desde hace unos 10 años. Las últimas películas suyas que he visto (por saber lo que hacía) son de un tipo que se parece a él, pesa 130 kilos y es incapaz de correr. Este último hecho ofrece notables dificultades al director y el montador porque ¿cómo explicar que un tipo, andando, alcanza a un tipo corriendo? No exagero. Lo he visto con estos ojos.
A Van Damme, lo único que le pasa es que es muy mal actor. De vez en cuando hace alguna película con guiones medianamente currados, pero también son serie B.
De Stallone me remito a lo comentado en http://individuo-kane.blogspot.com/2007/01/milo-ventimiglia.html.
Por lo demás de acuerdo. La peli es una fantasmada y tal y cual. Pero, de verdad, echa un vistazo a lo último de Van Damme y Seagal y verás que es simple basura.

Anónimo dijo...

Claro, igual es que ya me niego a ver nada de Van Damme y Seagal. Pero lo que en realidad pretendía con el comentario era alabar a Bruce Willis. Vale que el guión y los efectos y tal no sean tan malos como podrían serlo en una cinta de Steven Seagal, pero a mí me pareció que es Bruce Willis el que levanta la película. Tal vez me ciega el "cariño", pero es que el tipo me cae bien. Igual habría sido más adecuado compararlo con Misión Imposible III: Las dos son una fantasmada con muchos efectos especiales, pero McClane, con su aire resignado y su complejo de pulpa, le da 3000 vueltas a Hunt con su tecnología. Y Willis y su calvita a Cruise y su glamour.

Individuo Kane dijo...

Eso que dices respecto a Tom Cruise es interesante. Las encuestas en internet sirven para más bien poco. Sin embargo me ha llamado la atención el resultado de esta: http://www.decine21.com/FrmEncuestas.asp?id=35