11/9/07

Sigo como Dios

Supuse que sería una tontería. ¿A quién se le ocurre hacer una secuela de una película tonta (Como Dios) tomando a un actor secundario para que se convierta en principal? No fui a verla antes porque imaginaba que no habría por dónde cogerla.
Bien, se la puede coger. A veces no sabes si de este lado o del otro pero, sorprendentemente, no se te cae al suelo. Hay secuencias repetitivas, pérdidas de ritmo y chistes no demasiado graciosos. Los de Wanda Sykes, la secretaria, son patéticos. Los guionistas quieren que cada frase que sale de su boca sea tan tronchante que te rompas los dientes. Y lo más que consiguen es que chirríen.
Después de la sobriedad y eficacia demostrada en Pequeña Miss Sunshine, tengo a Steve Carell en más aprecio. Aunque aquí vuelve a dar rienda suelta a su repertorio de muecas, se defiende bastante bien.
La tanda final de efectos especiales es más de lo que esperaba. Lo que da pena es que, ya que se trata de una peli trabajada, no hayan puesto más esfuerzo en caracterizar a los personajes y construir mejores chistes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un claro ejemplo de cómo la valoración de una película depende en gran medida de la actitud y las expectivas que uno tenga al sentarse en la butaca. Aunque no debería hablar, no la he visto.

Individuo Kane dijo...

En esto estoy totalmente de acuerdo contigo. Recuerdo que, en una ocasión, me había tragado 4 o 5 películas en plan indie o sesudas o como quieras llamarlas. Luego fui a ver "El núcleo" y salí flipando en colores creyendo que era una pasada. Al día siguiente ya se me había pasado parte de la emoción y fui capaz de evaluar su innata tosquedad.