28/8/07

Pobre Excalibur

Contemplar La última legión es algo que se aproxima mucho a drogarse con algún producto psicotrópico con propiedades que te retrotraen al pasado, a películas de piratas, peplum o la Edad Media en sesión de tarde; a personajes como Maciste, Robin Hood o el temible burlón; a Errol Flynn, Burt Lancaster y Charlton Heston; a decorados de cartón piedra, espadas ocultas, cuevas con doble salida y romances tan sencillos como el mecanismo de un chupete.
Colin Firth, en todas sus películas, es un tío tan soso que roza la inanición. Sin hacer nada, absolutamente nada, se liga a Renée Zellwegger o, en este caso, a Aishwarya Rai, toda una Miss Mundo. ¿Alguien me puede decir qué tiene ese tipo que no tenga yo? Pues aquí es el comandante de una legión y cuando suelta el emotivo discurso final no sabía si echarme a llorar de vergüenza ajena o a troncharme de puro jolgorio. Al final opté por reírme, claro.
Aishwarya Rai es una doncella guerrera que ha salido de rebajas y se ha comprado pantalones de explorador en Coronel Tapiocca. Reparte estopa como nadie en escenas de peleas muy mal rodadas y montadas. Cómo una chavala nacida en el sur de la India llega a ser soldado del Emperador de Bizancio y guardaespaldas del Emperador de Roma, no nos lo explica la película. Habría sido demasiado para la cordura del espectador.
Total, que está tan cerca de la serie B y hay tal caradura en diálogos, trama y resolución de situaciones, que es como si te metieras en una máquina que te vuelve a hacer niño. De modo que, aunque la película no haya por dónde cogerla, ¿a quién no le gusta ser más joven?

22/8/07

Nicky, la aprendiz de bruja

No es de lo mejor de Hayao Miyazaki pero aun así adjudico a la película un 8. A diferencia de las mejores producciones de los estudios Ghibli, es fundamentalmente infantil: tierna, sentimental, blandita. Miyazaki estaba aprendiendo. Después conseguirá acaparar la atención tanto del público infantil como del adulto.
En cualquier caso, sus temas fundamentales están ya presentes: una jovencita que madura rápidamente por medio del trabajo, interés por los artefactos volantes y un preciosista diseño en los fondos.
La imaginación de este hombre y el mimo que pone en los detalles es algo verdaderamente irrepetible. No me extraña que hasta los mandamases de Pixar le consideren su maestro.
Algún día tendré que hablar de Porco Rosso. Pero hablar de Porco Rosso exige tiempo y espacio.
Un detalle: la niña, en realidad, se llama Kiki. Lo pone, por ejemplo, en la tarta de cumpleaños que le regalan. ¿Tanto costaba dejar su nombre como estaba?

21/8/07

El último rey de Escocia

Luis insistió tanto para que viera esta película que no me quedó otro remedio. Pero claro, él ha vivido en Costa de Marfil y es capaz de reírse mientras mira los demenciales viajes en autobús, el habitual control militar a los viajantes, la peculiar forma de entender occidente por parte de un africano.
Creo que se alabó demasiado a la película sin que se le pueda quitar ni uno sólo de los halagos que se dirigieron hacia Forest Whitaker. Sin gritos, aspavientos ni histrionismos logra ofrecer un personaje de carácter complejo. En ningún momento llegaremos a conocer mejor al descerebrado de Idi Amin. La actuación de Whitaker expresa actos y deja el misterio.
Lo mejor de todo es que Idi Amin da más miedo cuando se muestra amable que cuando está cabreado. Un justificado Oscar.

19/8/07

Un poco preocupante

Los 4 Fantásticos y Silver Surfer tiene esa desventaja: debería titularse Silver Surfer y Los 4 Fantásticos. Cuando un personaje digital tiene una riqueza dramática superior a la de los personajes de carne y hueso resulta un poco preocupante.
Cuando ves una peli mala, pero mala de verdad, te encanta escribir la crítica atizándole mamporros hasta en el cielo del paladar. Pero cuando ves a Los 4 Fantásticos, una pequeña tontería infantil, sin malas intenciones, sin buenos diálogos, de humor ramplón, un hito en los recuerdos de infancia, unos personajes a los que habías puesto sobre un pedestal... ¿qué hacer? Es tan flojita, tan inocua, tan rutinaria...
Digamos, sencillamente, que no hace justicia a los cómics y que los chavales se podrán entretener sin bostezar.
Lo mejor, por supuesto, Stan Lee tratando de acceder a la boda entre Reed Richards y Susan Storm. Lo mejor y, claro, como nadie conocía a Stan Lee, no lo pillaron.
Qué dura es la vida.

16/8/07

El ultimatum de Bourne

Peliculón donde los haya. De lo mejor que he visto en espías. La cosa tiene algunos defectillos que cantan un montón precisamente por lo bueno que es todo el entorno. El ambiente es tan realista que te lo estás creyendo. Así que cuando aparecen ciertas casualidades te parecen lamentables. A cualquier otra película se lo perdonarías o serían detalles que hasta pasarían desapercibidos. Aquí se notan un montón. Cito 3 fallos.
1. Una bomba desguaza el coche de un espía, al espía, el maletín y todo lo que se pone por delante. Bourne va a ver los restos y, curiosamente, queda la franja horizontal de la carpeta Top Secret en la que pone la dirección completa del edificio que necesitaba.
2. Los espías trabajan sus asuntos sucios con las cortinas abiertas de modo que, en unos pocos segundos, Bourne localiza el despacho de Landy y ve cómo Vosen abre la caja fuerte y guarda la carpeta Top Secret en un maletín.
3. El look final de Julia Stiles. ¿No es espantoso?

15/8/07

El apartamento

Es una de las comedias más célebres en buena parte por la memorable actuación de Jack Lemmon y Shirley McLaine. Subrayo el momento en que Lemmon amenaza con el dedo al cuñado de McLaine pero lo que sale de su boca es:
-¿Quiere un Martini?
Pese a todo, como el verdadero protagonista de la historia es el apartamento en sí, la dirección de Billy Wilder es decisiva. La topografía del piso es tan fundamental que, buena parte del éxito, se debe a la adecuada elección del lugar. Es algo similar a lo que hace Nabokov cuando se dedica a alzar el plano de la vivienda de Gregorio Samsa en La metamorfosis. La concepción de la obra cambia notablemente si se observan los detalles.
Wilder filma casi siempre el apartamento desde el fondo del recibidor. Desde allí puede encuadrar, además del propio recibidor, la puerta de entrada, la cocina y la habitación, con ángulos apropiados para que se vea lo que tiene que verse en el momento adecuado. Aparentemente sencillo, pero seguro que dedicó muchas horas hasta encontrar lo que le interesaba.

12/8/07

Next

Siempre me había preguntado en las paradojas temporales de futuro por qué los personajes veían una cosa y luego hacían otra. Ejemplo: un tipo sabe que dentro de dos días le van a pegar un tiro en la calle A. Así que, con gran sabiduría por su parte, ese día va por la calle B. Luego, lo que tenía que haber visto es que iba por la calle B. Lo mejor de Next es la respuesta que da. Supongo que a un físico se le pondrán los pelos de punta pues se trata del principio de Heisenberg utilizado en plan aficionado: cuando lo ves, por el mero hecho de verlo, lo cambias. Imagino que el principio de indeterminación tiene su importancia, pero me gustó verlo en revoltijo con las visiones de futuro.
Hay algunas otras cosas simpáticas como por ejemplo el desdoblamiento exponencial de Nicolas Cage. Por lo demás, la película parece toda ella imbuida del principio de indeterminación. Ni idea de adónde va.

11/8/07

Por qué no me gustan “Los Simpson”

1. Puestos a escoger entre animación bien dibujada o mal dibujada, prefiero, con mucho, la bien dibujada. Los Simpson no están bien dibujados.
2. Desconfío del humor inteligente cuando lo entiende todo el mundo. Estuve recientemente en el Museo de El Prado para ver El descendimiento de Van der Weyden, La Anunciación de Fra Angelico y El jardín de las delicias de El Bosco. Son cuadros que hay que ver al natural. No se parecen en nada a las fotografías de los libros. No pude contemplarlos con calma porque había tanta gente en el museo como en una manifestación. Da miedo pensar que exista tanta gente repentinamente culta. Eso pasa con Los Simpson. Me atemoriza ver la cantidad de gente inteligente que hay en el planeta. Vamos, que no me lo creo. Entre otras cosas porque el humor inteligente que reía la gente en el cine era el que se refería a la famosa tetralogía caca-culo-pedo-pis.
3. En el fondo tienen de políticamente incorrectos mucho menos de lo que se piensa. El final es, en realidad, Disney. El imbécil de Homer vuelve en brazos de su amante esposa, se congracia con sus hijos, salva a la comunidad, encuentra satisfacción en el deber cumplido… Otra forma más de expresar lo bonito que es el individualismo estadounidense concebido como metáfora mesiánica: el sacrificio de un hombre por la comunidad. Me preocupa la gente que ve contenidos políticamente incorrectos donde no los hay.
Hasta aquí lo que no me gusta. Me quedé a ver los títulos de crédito finales porque, ya que había pagado la entrada y no me sentía satisfecho, compensaba aprovechar al máximo. Pues ahí, de pronto, empieza a sonar La Marsellesa acompañada de una letra demencial. Lo mejor de toda la película. Con atenciones como ésta no me extraña que Estados Unidos y Francia anden a la gresca.

3/8/07

Deliciosa (Marta) rata

Brad Bird dirigió dos obras maestras de la animación: El gigante de hierro y Los Increíbles. Pues bien, ha vuelto a armarla con Rataouille.
El apartado técnico es de una calidad brutal, el guión está muy conseguido, los 110 minutos no pesan nada, etc. Es lo que tienen las obras maestras: te puedes poner a escribir sobre ellas y no paras.
De entre las muchísimas cosas buenas que tiene este peliculón comentaré la de Anton Ego, el crítico culinario que es figura del crítico de cine o de cualquier clase de crítico artístico. A través de él, encerrado en un despacho con forma de ataúd en vista cenital, denuncia la dureza con que el crítico puede comportarse en ocasiones ante lo malo, lo mediocre, los sinceros esfuerzos no bien traducidos. Pero también es consciente de lo que se espera del cine, sabe que los espectadores tienen el derecho de ser seducidos y que es lícito el reto que plantea con su última palabra:
-¡Sorpréndeme!
Y Brad Bird va y lo hace*.
__________
*Sospecho que el director ha tenido escondida, en algún bolsillo, una rata parlanchina e inteligente, una rata sabia que le ha indicado cómo debe rodarse tal comportamiento roedor o tal otro. Hay cosas que solo pueden explicarse así.

1/8/07

Enseñar las cartas

Este chico tiene unas cosas... Me refiero a Curtis Hanson. Te puede sorprender o dejarte anestesiado en la butaca.
Lucky You participa de la idea de John Nash (para matemáticos) y de la de Johan Huizinga (Homo ludens para humanistas) de que la vida es un juego: unas veces se gana y otras se pierde. Y hay que saber aceptar las victorias y las derrotas adecuadamente. Por eso los niños juegan. Lucky You es la historia de un tipo (Eric Bana siempre actúa bien) que tiene todos los conocimientos técnicos del juego pero carece de la moral del jugador. Logrará la ética del juego cuando conozca a la chica, una Drew Barrymore tan mediocre como en ella es habitual.
La película tiene su suspense en las partidas de póquer y funciona magníficamente (en mi opinión) en su guión: frases sugerentes, ideas de fondo, propuestas vitales no explícitas.
Pero no tiene perdón la partida final entre Huck y su padre. Primero nos cuentan un par de veces que Huck se ha negado a jugar con cámara en la mano. Y luego, en el momento decisivo, nos muestran esos dos ases.
Apostaría con una pareja de doses que ahí ha habido un productor que no entiende en absoluto la fuerza del misterio.