5/7/07

Me llamo Rider: Alex Rider

Entre el estilo infantil de Spy Kids y el adulto de James Bond estaba el púber Superagente Cody Banks. Éste último era tan pésimo que no resulta extraño que Alex Rider: Operación Stormbreaker venga a hacerle la competencia y, definitivamente, a desplazarle.
Alex Rider: Operación Stormbreaker no es ninguna joya y comete el mismo error que Spy Kids, Superagente Cody Banks, Misión sin permiso y otras del estilo para chavales: infantiliza a los adultos y, en especial, a los malos. Lo curioso de Alex Rider: Operación Stormbreaker es que trata al protagonista con seriedad. Alex es responsable y con una madurez apropiada. Por eso chirrían más aún las ñoñerías de los enemigos y, peor todavía, se pierde cualquier tipo de tensión porque los malos no dan la talla.
Lástima. Porque en el reparto están, en el lado de los buenos, Ewan McGregor (dura menos que un paquete de tabaco a la puerta de un colegio), Sophie Okonedo (qué forma de desaprovechar a una gran actriz), Bill Nighy (un jefe del MI-6 con demasiados tics) y Alicia Silverstone (tan tontita como siempre pero me gustó su pelea al estilo Kill Bill versión teen). Y en el lado de los malos Mickey Rourke (si le dejan ser malo de verdad pondría los pelos de punta a todo el patio de butacas), Missi Pyle (tan friqui y pasada de vueltas como en ella es habitual; una especie de prolongación de su personaje en Heroes*) y Andy Serkis (demostrando que fue el Gollum perfecto).
Me quedo con la escena en que Ewan McGregor dispara un par de misilazos con el maletero del coche y revienta a dos motoristas que le seguían. Puro Coyote y Correcaminos.
Se me escaparon unos cuantos bostezos con tanto huir, aprisionar, volver a huir, volver a aprisionar. Ahora bien: me ponen esta película a los 14 años y, al salir del cine, voy corriendo a rellenar la solicitud de inscripción del MI-6.
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*Dicho sea de paso: la historia de Heroes en que aparece Missi Pyle (dos episodios) es una de los pocas y descaradas subtramas realizadas con el único objetivo de prolongar capítulos. Es de lo más flojo de Hiro y compañero. Pero, por suerte, está Missi Pyle. Dentro de lo malo, lo mejor.

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