7/3/07

Qué maja es la gente.

Está claro que The Host va a posicionar a los espectadores en dos extremos. Yo soy de los que se han sentido muy satisfechos pese a sus rarezas orientales.
Esa familia de tarados sólo es comparable a la de Pequeña Miss Sunshine. El padre de The Host es tan tonto que sus hermanos entienden que le abandonara la mujer. Y eso que los hermanos no le van muy a la zaga. El hermano tiene un título universitario pero es bastante patoso (el lanzamiento de cócteles molotov es un poema). La hermana es medalla de bronce en tiro con arco, pero no es más medalla porque es un poco... lenta.
Dos momentos antológicos: la escena de a mí me queda un cartucho (terrible, cómica, trágica, divertidísima... cruel) y la espera de la regurgitación de cadáveres para ver si alguno tiene un móvil que funcione.
En cualquier caso, la película tiene sus puntos de interés desde la crítica social. La familia, por muy disfuncional que sea, se empeña en rescatar a la niña. Pero el gobierno, más disfuncional todavía, toma sucesivas decisiones equivocadas, necesita crear cortinas de humo para ocultar su ineptitud y las cortinas de humo generan nuevas crisis que llevan al borde de la idiocia. Y así, lo que una familia de torpes podía haber resuelto fácilmente usando un poquito de sentido común, se convierte en una tarea complicadísima por culpa de un Estado que no confía en su gente.
Vamos, que se la recomiendo a Zapatero, a ver si nos deja en paz. Pero, claro, no la va a entender.

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