1/3/07

Paris, je t'aime

No es una película que pueda recomendar en bloque porque a unos les gustarán unas cosas y a otros, otras. Mi historia preferida es la de Walter Salles y Daniela Thomas con Catalina Sandino Moreno. Sencilla, bonita, poco más que una canción de cuna repetida, pero que da qué pensar.
No voy a comentar cada corto sino a reseñar detalles que me han llamado la atención.
La foto que adjunto es del corto de Vicenzo Natali con Elijah Wood y Olga Kurylenko, una historia gótica, muda, en blanco y negro, con manchones de color estilo Sin City. Me encanta Natali haga lo que haga. Es el único que tiene en cuenta un aspecto de París que los otros directores no han recordado: sus leyendas góticas.
Me sorprendió Isabel Coixet con Sergio Castellito y Leonor Watling. Sin duda, su historia recordará a Mi vida sin mí y a los temas habituales de la directora. Pero, a mi juicio, este corto es de lo mejorcito que ha hecho: busca el sentido del dolor sin pasarse de vueltas, no busca personajes de características extremas sino gente normal y corriente y, sobre todo, hay mucho humor. Y eso es bueno para Isabel y para el espectador.
El fragmento de Nobuhiro Suwa con Juliette Binoche y Willem Dafoe es muy sugerente. Creo que introduce el factor religioso de una manera un tanto forzada: se necesitaría más tiempo para llegar a ello de modo natural. Aun así, me encanta su fotografía onírica.
Hablando de onírico no te pierdas a Alexander Payne haciendo de Oscar Wilde.
Alfonso Cuarón le ha cogido el gustillo a los planos-secuencia y somete a uno de ellos a Nick Nolte y Ludivine Sagnier con un doble giro final. No llega al sorpresón pero no está mal.
Y también me gustó el corto de Oliver Schmitz con Aïssa Maïga y Seydou Boro: sobrio y contundente.
Y si no te interesa ninguno de estos quizá te guste el que dirige Gurinder Chadha o el que protagoniza Natalie Portman. Alguno habrá de tu estilo.
Los únicos bodrios, auténticos ladrillos, son el de Olivier Assayas y el de Christopher Doyle. Espero que no me digas que esos dos te gustan. Bien, confío en que tampoco te guste el de Gus van Sant pero sería un pecado mucho menor.

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