15/2/07

Miss Potter

Es obvio que, una persona capaz de escribir la clase de literatura que escribía miss Potter, posee una visión del mundo absolutamente distinta a la del resto de los seres humanos normales. Hay que ser persona sencilla, ingenua, humilde y creer en la bondad de lo que te rodea. Sólo así puedes dibujar encantadores patitos, pececitos, ranitas, pajaritos, ratoncitos y, sobre todo, conejitos. Sólo así puedes escribir lo contentos que se pusieron todos los ratoncitos cuando descubrieron que hoy era día de limpiar la casa. Flipante.
Creo que Beatrix Potter es el personaje adecuado para que lo encarnase Renée Zellwegger: puede dar rienda suelta a todo su repertorio de mohínes, muecas y morritos. Y, aunque me parece buena interpretación, prefiero la de Emily Watson, con su ojos recién sacados de un cómic manga, siempre magnética e intesa.
Pese a lo dicho en el primer párrafo, si no eres diabético, la película es bastante digerible. Muy acaramelada y rebosante de cursilería, sí. Pero hay momentos, planos y situaciones con bastante estilo. Una persona normal y corriente la contemplara con graciosa tolerancia. Una pija de 12 o 13 años alucinará en colores y querrá que la conviertan en serie.

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