30/11/06

El gran silencio

La película la proyectan en un cine de la ciudad. Es un cine pequeño, con tres salas de unas 60 butacas cada sala. Es el sitio donde puedes ver rarezas, películas para cinéfilos y versiones originales subtituladas. Debido a la afluencia de público, han suprimido otra película y han decidido proyectar El gran silencio en dos salas. Es decir, pasar de 60 a 120 espectadores. Porque se llena hasta los topes. Hay colas y las entradas se agotan media hora antes de que empicen las sesiones. Y es una película que dura 160 minutos, de los cuales 157 transcurren en silencio. Como debe de ser en un monasterio cartujo. Ignoro qué es lo que mueve a la gente a ver películas así. No sé si es una acertada campaña de marketing, no sé si es presunción, masoquismo, curiosidad morbosa, verdadero interés, que se aburren en casa, que pasan frío en la calle, que quieren enterarse de qué es eso de los cartujos porque no se lo explicaron en el cole. Y luego hay rumores de que estamos en un país laicista. La única explicación que se me ocurre es lo que decían los Teleñecos en Los Teleñecos conquistan Manhattan: la gente es la gente.

23/11/06

Spacey, director

Es una alegría comprobar que Kevin Spacey, además de buen actor, tiene ideas novedosas como director. Beyond the Sea me ha interesado más que Ray o En la cuerda floja. Admito que la música de estas últimas tenía más ritmo, más marcha. Pero Spacey tiene otra mirada que no se limita a repetir clichés de biopic. El inicio, con sus múltiples lecturas, es magistral. Al principio es un concierto de Bobby Darin, después parece que está haciendo una película, luego resulta que es la historia de sí mismo, ¿o es la propia película que Kevin Spacey está rodando sobre el cantante? Además hay dos Bobby Darin en escena: el adulto y el niño. ¿Es Bobby Darin hablando consigo mismo analizando cómo el niño se hizo hombre? ¿O es Kevin Spacey reflexionando sobre la mejor manera de filmar la vida de Bobby Darin? La utilización de los dos Bobby Darin ofrece otro resultado excepcional en el momento en que el gran secreto se revela: la hermana mira al cantante adulto, él se mira a sí mismo cuando era niño, el niño mira a su madre. Y hablan los 3 ¿o 4? y lo que dicen, claro, es intercambiable. La película no calará tanto entre el público porque no busca el drama ni los sentimientos de Ray o En la cuerda floja. Parece que Spacey se hubiese dicho: para narrar la vida de un músico se hace un musical. No un drama. Y desdramatiza casi todo. Me pareció sorprendente, por ejemplo, la pelea matrimonial. Ambos cónyuges compitiendo por ver quién deja al otro, quién sale antes de casa, quién se queda. Me parece triste que la crítica no se haya dado cuenta de las cualidades de esta película y me parece injusto que haya tardado dos años en estrenarse. Entre medias, Sandra Dee se ha muerto. No es una película imprescindible pero te la recomiendo si prefieres la sutilidad al efectismo. Mírala, escúchala. La gente oye lo que ve.

21/11/06

Héroes

No sé qué ocurrirá con esta serie cuando llegue el momento de los efectos especiales. Sólo he visto dos capítulos y el asunto de los vuelos o de la explosión atómica dejan algo que desear. Pero en el aspecto dramático tiene su interés. Me gusta las diferentes maneras que tienen los personajes de enfocar sus superpoderes. Es muy divertido el tipo japonés: un friqui de los cómics que incluso tiene carnet de Marvel y descubre que posee capacidad para teletransportarse. Le encantan las historietas y disfruta a tope con su nueva situación. También es gracioso lo de Claire, la quinceañera. La pobre está rebosante de confusión al descubrir que es indestructible. Como si no tuviera bastante con su propia adolescencia y con ser animadora de un equipo de fútbol americano. Pero el detalle más original que he visto ha sido la presencia de las dos mujeres policías. No recuerdo ninguna otra película en que suceda eso. El cine está lleno de buddy movies con una parejita de polis masculinos. Hay decenas, miles, trillones de mezclas: negro-blanco, plasta-serio, charlatán-silencioso, enloquecido-formal… Pero nunca había visto juntas a dos inspectoras, comisarias o lo que sean. Pequeños detalles originales como ése te descubren que, ahí, alguien ha metido la cabeza, que han querido ir un poco más allá de los tópicos. Lo único que me parece excesivo es que hay demasiados estadounidenses. Pero, en fin, la serie la hacen ellos.

20/11/06

Gran momento

Había oído que los 5 primeros minutos de A Tale of Two Cities, primer capítulo de la tercera temporada de Lost, eran sorprendentes. A la misma altura de los primeros minutos de la primera temporada o del primer minuto de The Other 48 Days.
Después de mirarlo detenidamente puedo juzgar por mí mismo. Realmente es estremecedor. Y lo es, sobre todo, por un motivo. Porque es limpio, pulcro, aséptico, ajardinado, precioso. Podemos aceptar el horror en el fango, en los harapos, en los campos de concentración. Pero pensar que el miedo habita en lugares civilizados es espeluznante.
Había oído que esos primeros 5 minutos daban muchas respuestas. Eso no lo comparto. De hecho, me parece que sigue manteniendo el mismo nivel de dudas desde una nueva perspectiva. Si uno lo piensa bien es lo que ha ocurrido capítulo tras capítulo en lo que respecta al misterio de la isla. Hemos pensado en "los Otros" de múltiples y variadas maneras. Ahora que ha llegado el refinamiento resulta enloquecedor.

18/11/06

Beowulf

Mi amigo F. es un emocionado de la mitología nórdica y celta. No sé si friqui o nerd. En cualquier caso me recomendó vivamente la contemplación de Beowulf y Grendel. Evidentemente la palabra Beowulf despierta inevitables resonancias tolkienianas. Me debatí entre el sentido común y la recomendación. En contra de la película: pocas salas se atrevieron con ella, las críticas generales no eran muy buenas, el director era un tipo islandés no muy conocido. A favor: Beowulf y la presencia de Gerard Butler, Sarah Polley y Stellan Skarsgard. Y piensas: muy mala no puede ser teniendo a esos actores.
Pues lo es. Pero es lo que pasa con los friquis (o nerds). Su especialidad en un tema hace que acaparen cualquier evento novedoso y lo consideren un tesoro inapreciable, algo a guardar como oro en paño. El director es bastante malillo y no sabe decantarse por alguno de estos aspectos: lenguaje antiguo, lenguaje moderno, modos teatrales, modos épicos, modos de andar por casa, no usar efectos especiales, abusar de maquillaje... El resultado final es una cosa muy rarilla, sin ritmo ni sustancia y muy, muy confusa. Enormemente confusa. No acabas de saber por qué los personajes van y vienen y dan tantas vueltas y revueltas alrededor de la cueva del troll. Por cierto, ya podían haberse esmerado más con el troll.
Eso sí: las localizaciones son preciosas. Dan ganas de darse una vuelta por Islandia.

13/11/06

Es difícil morir

Cuando vi Tránsito en el cine me sentí bastante fascinado por su potencia visual. Pero no sabía si podría recomendarla a alguien sin luego padecer una lapidación. Tránsito consigue introducirte desde el primer segundo en un ambiente de duemevela onírico, inquietante, desasosegante. Caras que son otras caras, escaleras que son otras escaleras... Eso de empezar mostrándote un accidente de coche sin sonido es, realmente, angustioso. Lo normal es que el equipo técnico de una película se afane con los efectos de sonido para el chirriar de ruedas y metal. Pero aquí no. Aquí el cerebro entra en una fase de turbiedad de la que ya no consigues desprenderte hasta que la cosa acaba. Al fin, después de su salida en DVD, he ido recopilando información. Gusta a pocos. A los que gusta, les gusta mucho. A los que no les gusta no se mueven del asiento hasta el final. Pero sigo sin saber a qué clase de gente recomendarla porque es apreciada o rechazada de modo contradictorio según lo que yo suponía.
Ewan McGregor y Naomi Watts lo hacen muy bien aunque muchas veces no se entienda lo que tienen que hacer o el porqué de sus reacciones. Pero colaboran ampliamente a que tu inquietud crezca sin parar.

10/11/06

The Queen versus the Princess

Nunca he sido partidario de la monarquía en tiempos contemporáneos por su apariencia de inutilidad. Tampoco tengo mucho en contra porque, al fin y al cabo, quienes no tienen monarquía acaban buscando otros recursos que compensen la concentración de poder: un primer ministro, un presidente de la república, una cámara... Ver a Helen Mirren aportando razones no me ha convencido para hacerme monárquico, pero alimenta sus ideas con buenos argumentos. Alguien que permanece desde Churchill a Blair, alguien cuyo código de honor se basa en el deber, alguien que en 50 años ha permanecido enclaustrado en el lujo pero enclaustrado al fin y al cabo, alguien así merece la pena ser escuchado. Lo bueno de The Queen es que todos los personajes tienen razones válidas para defender lo que hacen. Bien, quizá el príncipe Carlos está tratado con un punto de imbecilidad y el príncipe Felipe con algo de caricatura. Pero, en general, la película me sorprendió gratamente. Habría podido caer fácilmente en el rosa y/o amarillo, en el chiste fácil o la ridiculización. Y, en cambio, ofrece una visión política de la jugada. Cuando los personajes hablan nunca lo hacen de modo intrascendente. Toda palabra dicha aporta matices. Y cuando actúan con el silencio también lo hacen con consistencia: la antimonárquica Cherie Blair haciendo una intencionadamente patosa reverencia, la inclinación de cabeza de la reina como respuesta... Cualquiera que critique a unos u otros no podrá hacerlo de modo simplificado. Es evidente que Stephen Frears está encantado con Tony Blair y no tanto con la realeza. Pero comprende y nos hace comprender. Alguna razón habrá para que los primeros ministros laboristas acaben encandilados con la Queen. Y, encima, tiene muchos rasgos de un humor sutil.

9/11/06

Variaciones

Russell Crowe ha aparecido ya varias veces en el blog y no siempre ha sido para bien. En cierto modo, la culpa la tiene él por intervenir en películas que podría haberse ahorrado. Pero, para ser honrados, hay que reconocerle papeles extraordinarios. Un ejemplo excelente es Master and Commander. Disfruté mucho de esta película. En primer lugar porque el papel de Russell Crowe era distinto a lo que normalmente hacía. En segundo por su magnífico sonido, uno de esos casos en los que no da lo mismo ver una película en el cine o en la sala de tu casa (por muy buen home cinema que tengas). Y, en tercer lugar, por la madurez de ese chavalillo que espabilaba en la vida a ritmo de cañonazo y amputación de miembros. Era una película de aventuras que tenía mucho de contemplativa (la calma chicha en el mar), un tanto de Moby Dick (la presentación de las diversas tareas que se realizan a bordo de un barco) y un duelo de caracteres entre médico y capitán muy bien elaborado. Y algunas frases realmente buenas. Como ese brindis: Por nuestras esposas y nuestras amantes, para que no lleguen a encontrarse.

6/11/06

Un buen año

Como ya he hablado de Ridley Scott y como le he dedicado incluso un par de secciones, todo se reduce a situar esta película en su lugar adecuado. ¿Con las buenas o con las malas? Aquí

5/11/06

Enredos móviles

Aquellos que vieron la versión original japonesa de The Ring, quedaron defraudados con la versión americana porque no añadía nuevo. Eso es lo que me sucede a mí con Infiltrados. He visto la original de Hong Kong, Juego sucio, y me parecía suficiente. Por supuesto Scorsese tiene más medios, cierta ideología propia y modos occidentales. Pero lo más importante de la trama (los teléfonos móviles, las situaciones de especial intensidad, la doctora...) ya estaba en Juego Sucio. Y como ya sabía lo que iba a pasar, Infiltrados, no sólo me dejó indiferente sino que sus dos horas y media de metraje se me hicieron pesadas a ratos. Tanto una como otra tienen un final que, en mi opinión, no se sostiene. En Juego sucio, el poli malo mataba al jefe mafioso porque había descubierto lo lejos que podía llegar en la policía si se lo cargaba y se convertía en un poli bueno. En Infiltrados, el poli malo mata al jefe mafioso porque cree que es un chivato del FBI. Ambas cosas son insostenibles. Pero eso es lo que hay y, por tanto, me parece más acertado el final de Juego sucio: sin la última escena. Scorsese, por supuesto, tiene que incluirla porque eso es lo que responde a la ideología que trata de transmitir en todas sus películas: la violencia es la que construye la sociedad. En cualquier caso creo que aquí hay un par de asuntos interesantes. En primer lugar me parece que dice muy poco de Scorsese el hecho de que ahora se dedique a hacer un remake. Los directores que revolucionaron Hollywood a finales de los 60 y comienzos de los 70 están claramente en situación otoñal: Spielberg, Lucas, Scorsese, Ford Coppola, de Palma, Lynch... Es urgente una renovación: de estilos, temas y gente. Y, en segundo lugar, sigo sin entender por qué la crítica le trata bien a Scorsese. Pocos dicen que es un remake y los que lo dicen lo hacen muy de refilón. La verdad es que Juego Sucio era bastante buena (aunque con menos medios que la americana tampoco andaba escasa). Si uno se limita a hacer una copia, sólo que más bestia, no parece suficiente. Nunca he sido, precisamente, un admirador de Leonardo di Caprio. Pero en esta ocasión debo decir que de no ser por él, la película me habría enganchado menos aún. Di Caprio es, con mucho, lo mejor que tiene Infiltrados. Finalmente: siempre que veo una película en la que aparece Mark Wahlberg salgo del cine con dolor de cabeza. La verdad sobre Charlie, El planeta de los simios, Infiltrados.

3/11/06

La Música

Es difícil definir el Arte, es verdad. Es complicado decir qué es una obra maestra y qué no lo es. Es cierto que para gustos están los colores y que la subjetividad está para usarla. Pero hay cosas inapelables. El modo en que Agnieszka Holland filma el estreno de la Novena Sinfonía de Beethoven en Copying Beethoven es una pura genialidad, algo que debería estudiarse en todos los lugares en que se enseña cine y por todas las personas que gustan del cine. Un sólo plano general al principio, antes de que suene la primera nota. Y después una sucesión de primeros y primerísimos planos descentrados. Una mano, un rostro, un brazo, una mirada, imágenes cinéticas. Filma primeros planos de sentimientos. Música y gestos. Sin palabras. La misma música para todos. Pero la oyen distinto, él, ella, tú, el borracho del palco, la que canta en el coro. La banda sonora es una ventaja, claro. Pero la planificación, la fotografía, la interpretación son pura energía, pura melodía, puro espectáculo. Es Música. Es Cine.

1/11/06

16, 21, 12

No. No son números de Lost. Es la combinación necesaria para descubrir un crimen en Scoop. Ya sé, ya sé. Es muy intrigante que uno de los tres números coincida con los de la escotilla. Pero dejaré la investigación de tan desconcertante fenómeno para otra ocasión. Ahora se trata de manifestar mi adhesión a esta vertiente del cine de Woody Allen. Nada de dramas y supuesto cine serio. Todavía tengo pesadillas con su anterior película y lo bien que la crítica la puso. Scoop es lo que espero de él: pura comedia, humor absurdo, diálogos surrealistas. Y sale él. No voy a decir que todos sus diálogos sean genialidades (algunos son banales) pero sigue poseyendo un nivel de ingenio sorprendente. Un mago.