31/8/06

Como desees

Éramos 23 y descubrimos que uno no la había visto. No quedó más remedio que ponerla de nuevo. Y oye, lo curioso del asunto es que uno la sigue disfrutando como la primera vez. Hay obras maestras, hay obras de culto, hay obras geniales para cinéfilos... Pero si me preguntan qué es un clásico no dudaré en contestar: La princesa prometida. No conozco a nadie que haya quedado defraudado. No conozco a nadie que diga que no la quiere ver de nuevo. Todo el mundo sale repitiendo frases de la película. Es apreciada por igual aquí o en Japón. Y, después de 19 años, sigue conteniendo la mejor pelea de espadas que he visto en mi vida. Me encantó verla de nuevo y no pondré reparo alguno en asistir a su proyección si a alguien se le antoja. Una vez más.

1/8/06

Y el centenario de Colón

Decía que están preocupados en esta ciudad por lo de Cervantes porque aquí, lo que celebran, sobre todo, es lo de Colón. Ahora parece que Colón está definitivamente enterrado en Sevilla. Otro disgusto. Y es que parece que el 5º aniversario de la muerte de Colón no ha tenido tanto impacto mediático como Cervantes. En cualquier caso, ambos andan a la par en cuanto a fracasos cinematográficos y en los cines de verano van a exhibir unas cuantas películas sobre el tema. Hay por ahí una serie española del año 49 que gracias a Dios no he visto. Se titulaba España y sus grandezas con un capítulo dedicado al descubridor. Vete tú a saber cómo lo veían los chicos de Franco. Está la patochada de Ozores, Cristobal Colón: de oficio... descubridor que imagino que, en el apogeo de la estulticia progre, fue tan pésima como la de Franco. Los extremos se dan la mano. Y luego vino el 92 con Cristóbal Colón: el descubrimiento, que pasó con más pena que gloria y 1492: La conquista del paraíso, en la que medio Salamanca hizo de extra y que, por desgracia... Pero ya he hablado de Ridley Scott. En fin. Imagino que estos dos ejemplos son suficientes para darse cuenta de un hecho tirando a lamentable: no hay nada como que se celebre un 5º centenario para que te interpreten mal. Espero no llegar a ser famoso. Sólo de pensar en lo que podrían hacer conmigo dentro de 500 años Hollywood o el Ministerio de Cultura... Se me ponen los pelos de punta.