21/6/06

¿Quién nos protege?

Desde el punto de vista de los superhéroes El protegido plantea una innovación. Es un tópico de los cómics y películas el planteamiento de la transferencia de poder: las personas humanas contemplamos a los superhéroes como unos seres que están ahí para protegernos o para fastidiarnos, nos ayudan o nos muestran la poca cosa que somos. Y de ahí arrancan las variantes de superhéroes en sentido estricto de la palabra y los mutantes. La cuestión es que Shyamalan, en El protegido, plantea una nueva posibilidad: la del individuo que no quiere admitir que tiene superpoderes. Se niega en redondo a considerar tal posibilidad. En el sentido cinematográfico la película tiene otros pequeños logros en el manejo de la cámara y en el montaje. Desde un punto de vista subjetivo (personal), la escena en que el niño se dispone a disparar a su padre para demostrarle que es un superhéroe, me pareció una de las escenas dramáticas más logradas que he visto en mi vida: por lo inesperado y por la contundencia. Pero lo mejor es su tramo final. Creo que no hay otra película, desde que se inventó el cine sonoro, que explique tantas cosas sin necesidad de diálogos. Es francamente sorprendente lo poco que se habla en su parte final y la cantidad de cosas que va contando sólo con imágenes. Eso es cine: contar con imágenes. Son unos tres cuartos de hora casi de cine mudo. Bruce Willis no dice ni mu pero va percibiendo quién es. Ahora no me digas que no es cine mudo, que hay por ahí gente hablando, que se oyen cosas por megafonía, etc. Lo que quiero decir es esto: la historia la cuentan las imágenes, las expresiones, los gestos, los rostros. Las palabras son innecesarias, apoyan la imagen pero sólo eso.

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