9/5/06

Educación Disney

Y hoy, precisamente, hablando con unos padres, me informan del hecho. Tuvieron (así, tuvieron) que quitar la película (Una serie de catastróficas desdichas…). Los niños estaban presentes pues los progenitores suponían que era una película familiar. Tuvieron que quitarla, pobres. Imagino que, para evitarse quebraderos de cabeza, angelitos míos que protegen a sus niños, les ofrecieron la última morralla sentimental de Disney, Bambi 2 o similar. Una dieta bastante más nefasta que la de McDonalds pero que, mira tú, eso sí, les mantendrá en la ingenuidad hasta que los primeros reveses de la vida les dejen en estado de coma para el resto de sus días. Sin duda, el personaje sobreprotector de Meryl Streep (tía Josephine), era un paradigma perfecto. De verdad que el afán de protegernos de todo empieza a mosquearme. Por Ley, nos protegen de películas cuando somos niños, nos protegen del humo del tabaco cuando somos adolescentes, nos protegen del exceso de velocidad cuando somos jóvenes, nos protegen del colesterol cuando somos adultos y, poco a poco, quieren protegernos de la vida, publicitando la eutanasia, cuando somos viejos. Y basta que uno relea lo anterior para que se dé cuenta de las decenas de contradicciones que implica la sobreprotección desde que la Ley sustituyó al sentido común. Pero no importa. Nos hemos alimentado con Disney. Mami, chupete…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú lo has dicho todo: es lo que pasa cuando la ley sustituye al sentido común.
Claro que también habría que tener en cuenta que hoy en día mucha gente tiene atrofia de sentido común. Pero de ahí a decir que los niños no pueden ver "una serie de catastróficas desdichas"... Me parece extremo. Hay que ver lo estúpidos que algunos padres se ponen con sus hijos.
A mí no me disgusta Disney (en general), siempre y cuando se reduzca con dosis de realidad.

Individuo Kane dijo...

Para ti, pues, la siguiente entrada