19/5/06

De cómo resucitar a los superhéroes

Y vuelvo a mi querido cine infantil. Es un recurso habitual matar a un superhéroe para que las tiradas del cómic crezcan. Y luego resucitarle, claro. Hasta los supervillanos con estilo son convenientemente rescatados del olvido para reaparecerse en momentos oportunos. Incluso magnolico deja morir su blog para resucitarlo y ganar en audiencia. Si ayer comentaba que Los 4 Fantásticos constituía una pifia, tengo que hablar de esos otros 4 fantásticos que revivieron de modo novedoso el cine de superhéroes: Los Increíbles. Es disfrutable al cien por cien. Fíjate por ejemplo en la caracterización de todos y cada uno de los personajes. Ya quisiera la mayor parte de los dramas otorgar a sus protagonistas una carga semejante de consistencia. Y no hablo sólo de los personajes principales. Edna Mode es una secundaria que se merecería un spin-off para ella solita. Se merecería una tesis, un Oscar, el Premio de la Crítica, un monumento en la Zona Cero. Además, personajes terciarios como Tony Rydinger o Kary tienen un carácter tan elaborado que Frank Capra habría matado por tenerlos en sus películas. Seguro que muchos han alquilado la película, la han visto y la han devuelto. Grave error: éste es uno de esos pocos casos en los que merece la pena echar un vistazo a los extras. Al menos, para ver el fragmento de Kary en sus tareas de canguro. Una puñetera genialidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También mi querido cine infantil, que cada vez tiene más elementos para que los papás a los que sus niños llevan al cine no se queden dormidos. Maravillosos, los Increíbles. De lo mejor que he visto en cine animado junto con Shrek (I, por supuesto).
Y es que con estas películas los niños se divierten y los ya-no-tan-niños les encuentran todas las malicias y los homenajes ocultos que hacen de ellas obras de arte.
Déjame virar un poco, porque cuando he puesto lo de los niños que llevan al cine a sus padres me he acordado de una familia feliz de papá, mamá y critiatura viendo "Mission: Impossible III" en la fila detrás de mi, en la última sesión. Al principio pensé que se habían equivocado de sala, luego que igual al niño se le había antojado y los papás no sabían de qué iba. Luego le explotó el cerebro a una tipa y el niño preguntó: "¿Qué le ha pasado, papá?". Fue entonces cuando sospeché que de hecho habían sido los padres los que habían llevado a su hijo al cine. Sin duda para que aprendiera lo dura que puede llegar a ser la realidad y que pudiera tomar ejemplo de los auténticos héroes de nuestra sociedad.

Individuo Kane dijo...

Jopé, io, qué bestia eres a veces, qué cruda, qué poco diplomática.